El deportista tiene el organismo preparado para llevarlo al límite, pero los efectos secundarios de un trasplante pueden condicionar lesiones musculares, fatiga o cansancio que no sean compatibles

La pasada semana se hizo público que el jugador del FC Barcelona Eric Abidal necesita un trasplante de hígado. Es conocido que precisó la extirpación de uno de los lóbulos hepáticos debido a un tumor. Una de las complicaciones a las que se podía hacer frente era la necesidad de un trasplante hepático, porque la función de este órgano, fundamental para metabolizar y depurar sustancias nocivas en el organismo, no funciona correctamente. Automáticamente se plantean muchas dudas acerca del pronóstico deportivo de este jugador; todo el mundo pregunta si se puede hacer deporte tras una intervención tan importante y que precisa de una medicación inmunosupresora y vigilancia, prácticamente de por vida.

La respuesta es SÍ. Hay vida deportiva después de un trasplante. En nuestro país hay muchos ejemplos. Como muestra la web www.deporteytrasplanteespana.com. En ella se pueden leer testimonios de personas que han necesitado de un trasplante, ya sea de hígado, de médula ósea o de riñón, y siguen haciendo deporte por varios objetivos:

Los cuatro principales motivos por los que hemos creado la Asociación Deporte y Trasplante España y por los que competimos en campeonatos nacionales e internacionales son los siguientes:

1.- Concienciar a la sociedad de la importancia de la donación de órganos, médula ósea y sangre. Gracias a estas donaciones se salvan vidas, incluidas las nuestras, y es por ello que nosotros luchamos por difundir el mensaje de la donación, porque son muchas vidas las que faltan por salvar.

2.- Transmitir un mensaje de esperanza a todas esas personas que están pasando por una dura enfermedad y precisan de un trasplante para su curación. Mediante la divulgación de nuestras hazañas deportivas intentamos dar todo nuestro apoyo y ánimos a todas esas personas, transmitiéndoles que existe vida después de un trasplante, una vida muy sana y muy digna.

3.- Permitirnos el lujo de competir al máximo nivel posible y saborear las sensaciones tan placenteras que provocan las competiciones, representado no solo a nuestro país, sino también a la sanidad pública española, una sanidad que nos ha permitido estar ahora vivos.

4.- Fomentar el deporte en las personas trasplantadas. La práctica del deporte es muy saludable, tanto antes como después del trasplante y permite una reinserción mucho más cómoda en la sociedad después de una larga enfermedad.

Hay muchas razones para recomendar actividad física y ejercicio en los pacientes que han sido trasplantados como por ejemplo:

-Recuperación de la forma física debido al deterioro que le ha supuesto el mal funcionamiento de un órgano vital. Se ha podido producir diabetes, hipertensión, deterioro muscular y fragilidad ósea. Los pacientes pendientes de un trasplante renal tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas. Los que precisan de un trasplante cardíaco, padecen hipotensión y síncopes, así como fatiga por la escasez del aporte sanguíneo tanto al cerebro, pulmones y musculatura.

-La mayoría de los pacientes no han realizado ninguna actividad deportiva en años.

-La alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular que pueden ser modificados por la realización de ejercicio físico regularmente.

-La actividad física optimiza el funcionamiento del órgano trasplantado debido a que se produce un aumento del riego sanguíneo que recibe dicho órgano.

-El ejercicio físico puede reducir o atenuar los efectos secundarios de la medicina inmunosupresora, imprescindible para evitar el rechazo del órgano trasplantado, y que deberá tomarse de por vida.

-Reduce la posibilidad de padecer diabetes o hipertensión.

Desde 1978 se celebran los Juegos deportivos para trasplantados. Se organizaron para demostrar y avalar los beneficios del ejercicio físico en este colectivo así como concienciar a la sociedad de la importancia de donar órganos. Actualmente, más de 50 países se han sumado a la competición, llegando a 1200 participantes por campeonato. También han servido para realizar tests y pruebas a todos los participantes. De hecho, las conclusiones fueron que los niveles de capacitación cardiopulmonar eran similares a la población sana activa, incluso con menor porcentaje de grasa corporal.

En resumen, es conveniente y necesario que los pacientes sometidos a un trasplante hagan ejercicio de forma regular. Sin embargo, no vale cualquier actividad deportiva. Hay que evitar aquellos deportes de contacto que puedan provocar daño o lesionar el órgano trasplantado como la lucha, kárate, rugby o fútbol. En la lista de deportes de la Federación mundial de deportes para trasplantados se realizan campeonatos para verano e invierno. En el primer grupo se encuentran ciclismo, golf, natación, voleibol, tenis o esquash. Para los de invierno, esquí de fondo, snowboard o esquí. Las competiciones las dividen por grupos de edad, tanto para adultos como para niños. Como edad tope, 70 años o más; la mínima, para menores de 5 años. El último evento tuvo lugar en Goteborg (Suecia) en 2011, donde participaron un total de 583 personas en las distintas categorías. Respecto a Eric Abidal, muchos interrogantes se abren tras el trasplante hepático al que va a ser sometido. Por un lado y a su favor se encuentra el deportista. Un organismo preparado para una actividad física y un esfuerzo, cultivado tras años de entrenamiento. A simple vista y por el rendimiento demostrado esta temporada, no parece un paciente que precise un trasplante hepático; su capacidad física es portentosa. En contra tenemos el propio deporte en sí, de contacto y choque que pueden traumatizar el órgano trasplantado. Además se encuentra la medicación inmunosupresora. Sus efectos secundarios pueden condicionar lesiones musculares, fatiga, cansancio, que no son compatibles con la actividad que requiere un deportista de élite que pone su organismo al límite de forma tan continuada con entrenamientos, partidos y estrés de competición. Ojalá pueda volver a competir profesionalmente. Buena suerte Eric.