Un equipo de Neonatología y de Farmacia del hospital La Fe de Valencia ha descrito por primera vez en la literatura médica internacional un patrón de malformaciones embrionarias que ha afectado a mujeres gestantes que se habían sometido a un trasplante de órganos a las que se les administraba un medicamento inmunosupresor muy eficaz pero dañino para el bebé, según ha constatado el equipo que coordina el doctor Antonio Pérez Aytes.
Pilar G. del Burgo, Valencia
La investigación se ha publicado en la revista American Journal of Medical Genetics que ha elogiado en el editorial el trabajo realizado por el equipo de Valencia como ejemplo de investigación clínica a partir de una observación clínica aislada, como fue el nacimiento hace un año de una niña en La Fe que presentaba varias malformaciones craneofaciales.
La pequeña carecía de orejas y padecía sordera, tenía también labio leporino y un problema de fondo de ojo que le afectaba a la visión. El equipo de neonatólogos observó que la niña era hija de una mujer que se había sometido a un trasplante de riñón. Y que en la historia clínica refería que estaba bajo tratamiento de micofenolato, que es un medicamento inmunosupresor (para evitar rechazo).
Los autores del trabajo sabían que en el mundo había al menos otros siete casos descritos: uno en Francia, cuatro en Estados Unidos y uno en Holanda. Todas las gestantes se habían sometido a un trasplante y todas con la misma medicación.
Los investigadores constataron que las madres que tomaban este medicamento durante la fase de formación del embrión (8-12 semanas de gestación) habían tenido hijos con malformaciones como la de la niña de La Fe.
El medicamento que estaba clasificado de riesgo intermedio ha pasado a ser de riesgo alto, tras el estudio realizado por el equipo del hospital La Fe que ha permitido establecer una embriopatía nueva. Este medicamento se administra también a mujeres con lupus eritmatoso.